miércoles, 22 de febrero de 2017

Madres

Ahora entiendo a las madres,
sin yo serlo,
cuando se asoman a la ventana
para aguantar el peso de la espera,
las horas incompletas
después de una pelea.
Entiendo su miedo,
nunca les falla,
mientras desean que llegue pronto
sano
arrepentido.
También entiendo sus ganas
de educar
sin saber lo que es justo.
Entiendo a las madres que corren
para no perderse
ni un minuto,
para curar con el orden la ansiedad,
las madres que rezan a las estrellas
para que dibujen
el mejor de los destinos posibles.
Entiendo las manos que no acarician
y las bocas que no callan.
Entiendo a las madres
cuando se olvidan de teñirse el pelo.
Entiendo que ya no quieran ser madres
y nos hablen de cuando solo eran hijas.
Entiendo que todas nacemos madres
sin tener que serlo.