Marta se ha quedado embarazada,
dice que ha sido buscado
como un beso después de una pelea.
No se acuerda cómo fue
si hubo amor
o solo cumplimiento,
no sabe decir si fue placentero
sentir todo su peso
o solo un agobio que acabó rápido.
Marta se toca la barriga
todavía sin forma
y dice que será niña
porque las mujeres nacen por voluntad
y los hombres sin quererlo,
que incluso en eso lo tienen más fácil.
Marta juega a inventar nombres
que nadie querrá pronunciar
nombres largos con muchas erres
para que nadie llame a la niña,
que una mujer con un nombre común
se deja maltratar.
Marta se levanta y sale corriendo
para que su niña conozca el viento
el cansancio y las ganas de huir,
que algún día tendrá que cerrar la puerta
y nunca más volver.
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