martes, 11 de noviembre de 2008

Calles

Marta camina rápido entre la gente
sin mirar delante.
Sus ojos se chocan contra las caras
que nunca más olvidará
sin poderles dar un nombre.
Sus pies pisan fuerte
y cruzan calles conocidas
de las que recuerda
cada pintada en las paredes
como las arrugas de su frente
cuando se queda pensativa
y deja de hablar.
Marta llega a casa
y se pone su pijama de rayas
para acordarse de los abrazos
lejanos que algún día le devolverán
con intereses.

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